Así contribuye la salud digital a la sostenibilidad

Está claro que la telemedicina optimiza el acceso de los ciudadanos a los servicios de salud y esto implica un avance en la calidad de vida de la población en general. Hoy en día, todos estamos interconectados y cada pequeño cambio que implementemos en nuestra vida, repercute, en mayor o menor medida, en nuestra forma de relacionarnos, tanto en sociedad con el medio ambiente y esto se traduce en la sostenibilidad de muchos servicios.

Se puede definir la sostenibilidad en el cuidado de la salud como la posibilidad de ofrecer tratamientos y técnicas de medicina preventiva de la mayor calidad posible, sin que la solvencia económica de la entidad (pública o privada) se vea afectada o que, al menos, el impacto de la prestación de servicios sobre esta sea el menor posible.

Dentro de esta ecuación entran en juego varios factores, tanto sociales como ambientales (incluso medioambientales). El eje sobre el que se fundamenta la idea es que, para garantizar la sostenibilidad en un sistema de salud, es esencial que se reduzcan los gastos asociados a este. Para ello, una forma eficaz de alcanzar este objetivo es implementando una atención médica digital eficiente y de calidad.

¿Cómo la telemedicina ayuda en la sostenibilidad?

La implatanción de los servicios online para reservar citas contribuye a un importante ahorro de los costes de personal. Cada vez son más los pacientes que toman la iniciativa de prestarse a sí mismo el servicio de gestionar sus propias citas, gracias a los servicios de telemedicina.

Esto, a su vez, aporta una mayor sensación de control sobre su salud y les permite discernir, por sí mismos, si sus dolencias son verdaderamente urgentes. Muchas veces, son los propios afectados quienes resuelven sus dudas buscando información y/o a través de consulta telefónica, videoconsulta o chat médico. Esto conlleva una descongestión del sistema sanitario, que además se vuelve más eficiente para todos.

Cuidar el medio ambiente es una realidad. Cada vez son más las personas que tienen acceso a la atención médica digital y esto ha provocado una importante reducción de las emisiones de CO2.

Algunas visitas médicas presenciales (que, en ocasiones, son evitables), exigen desplazamientos innecesarios, que provocan la emisión de gases nocivos de efecto invernadero. Mediante el uso de la videoconsulta, médicos y pacientes logran una reducción de las emisiones de carbono de alrededor del 10%.

A mayor número de pacientes que utilicen servicios digitales, menor emisiones de CO2 de transporte

Pero la sostenibilidad no solo pasa por el transporte. Cada vez que sustituimos un documento en papel por su versión formato digital, damos un enorme paso adelante en la reducción de la contaminación. Esto se consigue con el uso de la receta electrónica privada.

El almacenamiento de los registros de pacientes en los hospitales es abundante y ocupa mucho tiempo de gestión al personal administrativo. Se podrían ahorrar cientos de miles de toneladas anuales de emisiones de CO2, los registros quedaran almacenados en un espacio web.

Lo que está claro es que a mayor número de pacientes que utilicen los servicios digitales para cuidar de su salud, menor emisiones de CO2 de transporte. Estos gases contribuyen a que determinadas enfermedades, como la EPOC y el asma, están cada vez más arraigadas en la población occidental.

Si evitamos emisiones CO2 de transporte, esto se traduce en un importante ahorro de los gastos destinados al tratamiento de estas enfermedades y, por lo tanto, en un incremento de la sostenibilidad de la salud pública.

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